martes, 1 de noviembre de 2011

Daisy Sánchez


Daisy Sánchez Collazo se ha enfrentado al destino con la determinación de una mujer que nació para combatir las injusticias y temblar de indignación ante los atropellos. 
Hija de un líder sindical nació en San Juan, Puerto Rico, el 2 de mayo de 1957.   Estudió en el primer centro docente del país, la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, donde obtuvo un bachillerato en Comunicación Pública con una concentración en cine.
Igualmente realizó un grado de maestría en Estudios Puertorriqueños del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. 
Se trata de una intelectual y periodista que ha dedicado su vida a la lucha incansable por los derechos fundamentales de libertad de expresión y de prensa al punto de arriesgar su empleo de más de dos décadas como reportera de la edición estelar de las Noticias-Univisión Puerto Rico por criticar severamente a la administración del canal por una serie de despidos que dejaron a decenas de trabajadores en la calle.
Su compromiso y militancia la llevaron a presidir la Asociación de Periodistas de Puerto Rico durante cuatro años, y a escribir su primer libro, "Cita con la injusticia" que le mereció un reconocimiento del Instituto de Literatura Puertorriqueña, del Ateneo de Puerto Rico y la enfrentó cara a cara con la cárcel. 
Y es que Sánchez burló las miradas de los agentes federales en la Isla para llegar hasta el escondite del líder independentista Filiberto Ojeda Ríos y de su compañero en el clandestinaje Luis Colón Osorio miembros fugitivos del grupo clandestino Ejército Popular Boricua mejor conocido como Los Macheteros.
Nadie sabía el destino que enfrentaría la periodista luego de la entrevista al caudillo independentista  Filiberto Ojeda.  El FBI se sintió humillado ya que ellos teniendo contingentes de agentes especiales y expertos, durante quince años de investigaciones, y de intensa persecución, no pudieron dar con el paradero de Filiberto y Sánchez si lo hizo. 
Vinieron días de persecución y de angustia.  De hostigamiento laboral y político.  La habían citado varias veces al Gran Jurado Federal.   La citaron a una corte en el Tribunal de Hartford donde habían condenado previamente a una serie de patriotas puertorriqueños a largas penas de cárcel por defender la independencia de la Isla.  Nada de eso la amedrentó.
Daisy Sánchez se enfrentó a la situación con aplomo, y actuó según le dictaban su conciencia, su sentido de justicia y su entendimiento de lo que debe ser un periodista.
Sin embargo, a pesar de haber enfrentado tantos riesgos, la incertidumbre de un destino de cárcel -con las implicaciones de ausentarse de su familia y de su país- y su más dura prueba, la de pensar que no estaría junto a su hijo de cuatro años la llevo a expresar lo siguiente,
 Podemos vivir y sobrevivir los peores momentos. La persecución, el hostigamiento, los insultos… Pero no poder escribir o transmitir algo que sabemos que es noticia… Que de antemano nos adviertan que no estamos autorizados a desarrollar, investigar o profundizar, eso es peor que un empujón o una detención. Porque se pretende arrestar nuestro intelecto, nuestra fibra de periodista”.
Definitivamente la cobertura de esta entrevista mereció el reconocimiento de los puertorriqueños y sobre todo de los profesionales del periodismo por considerarlo una muestra de lo que ellos llaman periodismo investigativo.  Además, de que se trató de uno de los temas noticiosos más importante de ese año y que mantuvo en expectativa a gran parte de la sociedad puertorriqueña.  Sánchez  desplegó una gran habilidad y agilidad para presentar una complicada y extensa entrevista  utilizando todas las herramientas de su profesión.
El trabajo de Daisy Sánchez se convirtió en un símbolo de integridad y valor  para la profesión periodística en Puerto Rico, en América Latina y en el mundo.
La vocación está en ella. Su dedicación, investigaciones y persistencia han llevado su periodismo al nivel máximo de credibilidad al que puede aspirar un periodista porque  lo ha hecho brillar con un contenido sustantivo, que nos ha permitido a  los puertorriqueños crecer en el conocimiento y en el análisis de nuestra propia realidad como país.  

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