jueves, 8 de diciembre de 2011

VIVIR A LA SOMBRA DEL SIDA


 Los pacientes VIH/SIDA parecen estar acostumbrados a las diversas reacciones de miedo que expresan las personas con las que comparten tan pronto entran en conocimiento de que están al lado de una persona infectada.
 Salir a la calle a diario para buscar cualquier tipo de servicios en agencias públicas o privadas se convierte en un verdadero calvario y los enfrenta a un pensamiento que tratan de evitar para poder dar la batalla por su vida: la muerte.

EL PREJUICIO…EL MIEDO

Aunque Puerto Rico no tiene estadísticas tan alarmantes relacionadas con la epidemia del SIDA como si las tiene África y cuenta con una política pública que nos posiciona como una de las naciones con mayor conciencia sobre el tema, no es menos cierto que aún queda mucho camino por recorrer para vencer los prejuicios que atormentan a los pacientes positivos a este virus.   Procesos educativos que parecen simples hay que repetirlos una y otra vez.  No debes temer abrazar o besar a un paciente.  El SIDA no se contagia por compartir un mismo vaso, darse la mano, por lágrimas, sudor, tos, estornudos, saliva, ropa, alimentos.  Tampoco por usar el mismo servicio sanitario.   Menos aún por la absurda creencia de que una picadura de mosquito puede contagiarte.  O aclarar casi compulsivamente  que es imposible que lo puedas adquirir al compartir un chapuzón en una  piscina pública con una persona positiva a la enfermedad.

            Para Felicita Ilerti recibir la noticia de que su esposo la había contagiado con el virus fue un proceso totalmente desgarrador. Al mismo tiempo que le confirmaban su sospecha de  que estaba embarazada nuevamente de su cuarto hijo le daban la noticia de su positivo.  No tenía en quien refugiarse y acudió desesperada a contarle a su mejor amiga lo que le estaba sucediendo.  Buscaba apoyo para armarse de valor y enfrentarse a la comunidad, a sus familiares y a sus otros hijos.  Sin embargo, la amiga con quien acostumbraba compartir secretos y consejos le dio la espalda asustada por un posible contagio.  Ya no habían besos en la mejilla como saludo.  No era bienvenida en la casa que antes albergaba los relatos íntimos de las féminas.
  “Pensé hasta en vender al bebé.  Me sentía insegura y triste. Si antes había experimentado una especie de rechazo por la condición de adicto y de confinado de mi ex esposo esta vez era diferente.   Las puertas se te cerraban prácticamente en la cara y había mucha hipocresía cuando te saludaban o cuando yo intentaba compartir con las demás personas.  En la mirada de las personas podías ver que tenían miedo de compartir con uno aunque fuera una simple conversación”, dijo.
Según la Organización Mundial de la Salud el miedo o estigma asociado al SIDA tiene como base el descono­cimiento de la enfermedad, los conceptos erróneos sobre cómo se transmite el VIH, la falta de acceso a tratamiento, las noticias irresponsables sobre la epidemia por parte de los medios de comunicación, la imposibilidad de curar el SIDA, y los prejuicios y temores relacionados con diversas situaciones comunes en una sociedad como la sexualidad, la enfermedad y la muerte  y el consumo de drogas.
Este es el miedo del que habla Felicita.  Es un miedo por desconocimiento que  conduce a la discriminación y otras violaciones de los derechos humanos de las personas que viven con el VIH/SIDA. 
Esta misma organización salubrista internacional ha podido denunciar y documentar  casos  de personas con el VIH a las que se niegan, entre otros, los derechos a recibir atención de salud, al trabajo, la educación y la libertad de movimiento.   
Enrique Feliciano es un paciente de 51 años que sabe muy bien lo que se siente cuando eres la víctima del discrimen en todas sus manifestaciones incluyendo la laboral. Y aunque no es un prestigioso abogado como el que representaba Tom Hanks en la película Philadelphia que protagonizó junto a Denzel Washington y que narra la historia de un brillante abogado homosexual afectado de SIDA, que es despedido de su trabajo a causa de su enfermedad por el temor al contagio de sus superiores, ha vivido en carne propia ese rechazo.    
“No es muy fácil aceptar que eres positivo a “la enfermedad de los homosexuales y de los tecatos", indica para luego destacar con orgullo como enfrentó la estigmatización, el discrimen, la ignorancia y  el dolor.  
“Si es difícil para un paciente de SIDA enfrentarse a esta actitud tan desinformada y superficial de las personas imagínense el viacrucis al que uno se tiene que enfrentar en su trabajo”, recalca.
Si para un ciudadano sin ningún diagnóstico de salud dramático es difícil encontrar empleo en medio de la peor crisis económica que enfrenta la Isla y como si la poca cantidad de empleos disponibles no fuera suficiente Feliciano tiene que acudir a estas entrevistas con otro obstáculo que superar.
            “Lo importante es mantener una actitud positiva ante la vida”, dice.

 IGNORANCIA Y POBREZA
Bastó ir en busca de entrevistas a pacientes VIH /SIDA para darnos cuenta que hay otros factores que caracterizan su perfil como la pobreza y la falta de acceso a los servicios de salud y educación.
            "El problema es que lo que se haga en prevención hoy no dará frutos de inmediato, y habitualmente los políticos no suelen pensar a largo plazo sino sólo en lo que tiene que ver con su término", dijo por su parte Luis Rodríguez manejador de casos.
            Rodríguez elogió la labor de las organizaciones comunitarias quienes han asumido un papel protagónico y han asumido la responsabilidad o “el deber ministerial que tiene el gobierno con estos pacientes”.
 “El acceso a los tratamientos y prevención de la enfermedad está unido al enorme estigma y discriminación a los que se enfrentan los pacientes. Ése es uno de los problemas fundamentales que todavía debemos enfrentar en Puerto Rico", dice Rodríguez.
"Luchar contra el estigma y la discriminación hacia las poblaciones más vulnerables, que son también las más afectadas, requiere un enorme esfuerzo de nuestra parte", menciona con cierto sentido de frustración.
Y es que Rodríguez opina que a pesar de que han transcurrido 30 años de la epidemia del SIDA, "todavía existe una fragmentación en los servicios que obliga al paciente a buscar servicios de forma desorganizada  para lograr recibir la ayuda necesaria para tratar su condición".
También indica que ha transcurrido tiempo suficiente "como para desarrollar una estructura gubernamental sensible de tratamiento y una estrategia efectiva de prevención, sin embargo ninguno de estos aspectos han sido abordados con éxito”.
"El personal de las agencias gubernamentales hacen todo lo que pueden  por lo que cobra mayor importancia el funcionamiento de la red de trabajo comunitario, que en muchos casos es la única fuente de servicios al paciente", expresó Rodríguez.
"Esta situación se agrava cuando vemos como ahora con los continuos cambios a la Reforma de Salud los servicios se han convertido en obstáculos y amenazas de suspender los servicios por falta de dinero”, dijo el trabajador comunitario.
Y es que parece que en plena era cibernética y de grandes adelantos todavía existen puertas cerradas, actitudes de rechazo, caras largas y barreras moralistas férreas en contra de los pacientes HIV SIDA.
Las estrategias de prevención de contagio contra el virus se van convirtiendo en concursos de estribillos de modas sin producir el impacto ni la efectividad esperada por los miles de pacientes que tenemos en la Isla.  Los recursos siguen limitados y representan un ejemplo de la indiferencia gubernamental y la apatía empresarial hacia una epidemia que sigue cobrando vidas y marcando con angustia a cientos de  hogares puertorriqueños.


EL ROSTRO DE LA DISCRIMINACION
La discriminación tiene muchas facetas:
  • Cuidado profesional inadecuado para las personas que son VIH positivos
  • Estigmatización y aislamiento de la familia y del contexto social.
  • Perdida de empleo.
  • Violencia física y psicológica contra personas de orientación homosexual, prostitutas y drogadictos.
  • Presiones familiares y sociales sobre lo que brindan ayuda para que no cuiden a las personas infectadas con el VIH/SIDA.
  • Negativa a brindar cuidados de salud básicos y seguros de vida o salud.
  • Rechazo a brindar vivienda pública.
  • Actitud negativa para brindar acceso a la educación especialmente a los niños.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Un Modelo de Intervención para Usuarios de Drogas



En Puerto Rico hay una criminalidad rampante la cual según el número reportado por la Policía de Puerto Rico ya llega a los 900 asesinatos.   Entre las causas asociadas a la criminalidad se encuentra el abuso de sustancias legales e ilícitas dentro de las cuales se encuentran el tabaco y alcohol.  Según el doctor Héctor Colón, epidemiólogo y profesor de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras quién formó parte de la actividad “Iniciativa Comunitaria como Modelo de Intervención para Usuarios de Drogas” el pasado 18 de octubre, el alcohol es la droga principal que está relacionada a la violencia y también es una de las más adictivas tanto en los jóvenes como adultos en Puerto Rico.  Las cifras mostradas por el epidemiólogo revelan que al ser una sustancia accesible a los jóvenes, mayormente en el entorno familiar, muchos de estos comienzan a crear una dependencia desde los 14 años.  La cifra reportada para el 2007 mostró que el 48% de los adolescentes comienzan a mostrar tendencias dañinas con el alcohol.
Colón también mencionó que una vez los adolescentes ya crean la dependencia por sustancias lícitas al cabo de seis meses los jóvenes comienzan a experimentar con sustancias ilícitas.
En la actividad también participó el señor José Luis Vargas, coordinador del programa Nuestra Casa de la organización Iniciativa Comunitaria la cual se dedica a ayudar a personas, como deambulantes y drogadictos, quienes por su condición social han sido marginadas de varios servicios básicos.  Durante la conferencia el señor Vargas habló de como implementa el arte como medio terapéutico a las personas que reciben servicios en la organización ya que éste provee a las personas con una sensación de “placer y satisfacción”.  El proyecto más reciente en el programa lo es el “comic” Un Viaje Interrumpido, el cual fue creado por los participantes del hogar.  El “comic” muestra las experiencias lo que muchas de ésta personas vivieron y aún siguen viviendo.